¿Verbenas dentro o fuera del casco urbano?; la disyuntiva que no encuentra consenso en La Pola

La respuesta al interrogante que da título a este artículo tendrá tantas opiniones como vecinos tiene La Pola. Unos estarán a favor y otros en contra de que se mantenga una tradición que se remonta a tiempo inmemorial y que sitúa las verbenas de Les Feries (a la vuelta de la esquina, a mediados de octubre) en el entoldado que se instala en la Plaza Alfonso X el Sabio. Algunos residentes en el entorno de ese céntrico espacio piden que se lleven las orquestas a un lugar en el que no perturben la tranquilidad de unas familias en las que, como enfatizan, hay desde bebés hasta personas de avanzada edad. O trabajadores en activo a los que no les queda otro remedio que madrugar para cumplir con su jornada laboral. En el vértice opuesto se sitúan los hosteleros con negocios en las inmediaciones (más de una veintena en un radio relativamente corto), quienes advierten que sacar la música de las fiestas fuera de ese marco les supondría grandes pérdidas económicas y, también, de empleos. “Sería la ruina, una hecatombe, pues para que salgan las cuentas hay que contar con la ayuda de los ingresos de las fiestas”, afirma un portavoz del sector.

Hasta ahora se ha ido lidiando con una situación para la que se busca una solución que no acaba de llegar, pues contentar a ambas posturas se antoja tremendamente complicado. Como se ha publicado en este periódico, la alcaldesa, Genma Alvarez Delgado, en su etapa al frente del área de la Concejalía de Festejos, descartó trasladar la carpa a otro sitio. Y pidió tolerancia a los afectados.

La única excepción la han puesto las actuaciones de grandes orquestas, como “Panorama” o “París de Noia”, que por las dimensiones de los escenarios que mueven para sus directos no tienen encaje en la Plaza Alfonso X. Otra “patata caliente” en caso de que se contrate a alguna formación de esas características, pues la comunidad educativa del Colegio “Vital Aza”, en El Masgaín, se ha negado a seguir prestando el patio del centro escolar para ese uso y la alternativa que se ha buscado, en un solar junto al Mercado de Ganados, se ve como un lugar apartado de todo, inhóspito y poco acogedor para disfrutar de unas noches de octubre en el que las temperaturas son ya más otoñales que veraniegas.

Lo que está claro es que la "prórroga" consume su tiempo y una sola denuncia vecinal, ateniéndose a un exceso de decibelios, podría clausurar de inmediato cualquier verbena, como ya ha sucedido en alguna población del país, al infringir la ordenación nacional vigente en materia de ruidos.