Los “defectos” de las calles de La Pola

Circular en un vehículo por las calles de La Pola no está exento de riesgos, que por cotidianos acaban por pasar inadvertidos. Aceras extremadamente estrechas en tramos muy transitados, como puede ser la de la margen izquierda de Vital Aza, en la zona más cercana a la Plaza Alfonso X el Sabio; la ausencia de semáforos en intersecciones con escasa visibilidad, entre las que cabría encuadrar la de Padre Suárez en la incorporación a Hermanos Granda o la de Marqués de San Feliz a Luis Menéndez Pidal, o tramos sin señalizar urgen una reordenación vial en el casco urbano. Incluso desde la misma entrada a la población: hace años que se clama, sin éxito, por un paso peatonal hacia la senda fluvial de La Barraca y a la pista que lleva a la gasolinera de Villayana, unos paseos muy socorridos, que obligan a cruzar la carretera en un punto con una alta densidad de circulaciones diariamente.

No menos peligroso es el cruce que se abre entre Canuto Hevia, Ramón y Cajal (avenida de la estación de tren), Grande Covián, Arzobispo Blanco y la Avenida de la Constitución, principal salida y entrada desde Quirós y el resto de pueblos del Valle del Trubia. Sin una clara señalización horizontal, el paso se decide en función de una prioridad que por lo general deja un amplio margen para la duda. Algo similar ocurre en el tramo de Luis Menéndez Pidal en el que está permitido circular en doble dirección, donde los despistes sobre si se trata de un sentido único, como en la mayoría de arterias de la localidad, suelen ser frecuentes.

Si bien sí está convenientemente indicada la prohibición de acceso por la cabecera sur a la calle Robledo, cada cierto tiempo, sobre manera en periodos vacacionales, se detecta algún vehículo en dirección contraria por esa travesía.

Otra problemática que precisa solución es la que plantea la conexión con el futuro aparcamiento habilitado junto a la Iglesia Parroquial, en La Fuentina, en principio a través de una Avenida de la Constitución con un único carril, semipeatonal, que impide el cruce de vehículos.

Regular la parada de autobús de la Plaza Principado de Asturias (“La Rotonda”), en la que hay momentos en que se juntan varios coches que acercan o recogen a los viajeros, la implantación de bandas transversales para aminorar la velocidad en determinadas zonas o delimitar el comprometido “carril bici” son algunas de las necesidades añadidas que presentan las calles de La Pola.

En la fotografía, uno de los cruces que genera más dudas entre los conductores, junto al Ayuntamiento.